Para mi, las pinzas
son un elemento primordial en un juego BDSM, debemos siempre recordar que todas
las sumisas no son iguales y dependiendo de su sensibilidad, puede ser mas o
menos placentero para ellas.
En el mercado hay
muchos tipos de pinzas, lo importante es que encontréis el tipo de pinzas que a
ella le funcionen. En mi caso, hasta que no encontramos las que mejor se
adaptaban a mi sumisa, compramos diferentes tipos. Debéis tener paciencia y ser
comprensivos si le producen mucho dolor o simplemente se le escapan del pezón
(el dolor es muy fuerte).
El juego con las
pinzas puede ser muy divertido. Desde simplemente dejarlas puestas mientras
realizamos otras prácticas hasta pasarlas por encima de nuestro miembro
mientras nos realizan una felación, de esta forma ella misma puede ir
intensificando su dolor, al igual que nosotros al obligarle a llegar a ciertos
puntos de nuestro miembro (fotografía 1).
Otro juego muy
común es ponerlas en los labios mayores de la vagina, nunca en los labios
menores o en el clítoris a no ser que nuestra sumisa nos lo permita (podemos
causar mucho daño), eso les produce también mucha excitación. En nuestro caso,
junte dos pinzas a un lado y otras dos en el lado opuesto, así no solo tiene
una sujeción sino dos, y la sensación es mas placentera para ella (fotografía
2).
A mi sumisa,
llevarlas puestas ya le supone placer, así que simplemente me limito a
dejárselas mientras realizo otros juegos o prácticas.
Me he encontrado en
sesiones profesionales que la sumisa no las soporta, entonces recurro al
sistema que muchos llaman “bricosado” y no es mas que pinzas compradas en los
chinos (fotografía 3), las famosas pinzas de plástico, eso hace que noten
presión pero no dolor intenso, y eso produce que se exciten sin soportar unas
pinzas metálicas, de este modo pueden jugar con el morbo de llevarlas puestas y
así el dominante puede realizar los juegos que quiera con ellas.
También existen
otros elementos que podemos usar a modo de pinzas en los pezones, como son las
varillas de madera, como ves en la fotografía son dos varitas de madera unidas
por una cuerdecita en los extremos, si aproximamos la cuerda al centro producen
mas presión sobre el pezón.
Lo importante es
nuestra imaginación para jugar con ellas, cada sumisa es un mundo igual que
cada dominante, por ello siempre debemos conocer sus límites y gustos para que
el juego con ellas resulte excitante y placentero para ambos.
Debemos siempre
tener en cuenta que no hay que dejarlas puestas más de 30 minutos, ya que
aunque dejen de producir dolor intenso, pueden ser dañinas para el pezón y su
flujo sanguíneo, así que mucho cuidado con el tiempo.
Para retirarlas,
siempre ejerceremos un masaje en el pecho entero o en los labios de la vagina
para paliar el fuerte dolor que recibirá al ser liberada de su mordida. También
aconsejo realizar alguna otra práctica o hablarle al oído para desviar su atención
y ser mas soportable su dolor.
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